Mark Morrisroe (1959- 1989), perteneciente al denominado “Grupo de Boston” fue un artista, performer y sin ninguna duda, para nosotros, un gran fotógrafo. Su trabajo fue fundamental en el desarrollo de la escena punk de Boston en los años 70 y el auge del arte de mediados a finales de los 80 en Nueva York.
Hijo de madre drogadicta tuvo que buscarse la vida desde los 15 años. A los 17 un cliente le disparó, dejándole una bala alojada cerca de su columna vertebral, lo que influenció de gran forma su trabajo, donde a menudo incorpora imágenes de las prostitutas jóvenes y rayos X de su pecho herido. Posteriormente y ya en Nueva York entabló amistad con importantes artistas como Nan Goldin, David Armstrong o Felipe Lorca-diCorcia. Pero hablemos de su obra. Obsesionado con su propia imagen, documentó fotográficamente su vida, su juventud en Boston y sus prolíficos años en el East Village, pero también el deterioro físico que le produjo su enfermedad: murió por complicaciones derivadas del VIH. A a través de las fotografías de sus amigos y amantes y de su nueva familia, el artista construía un universo hedonista y ligeramente melancólico del momento que le tocó vivir. Comenzó su carrera como fotógrafo con una “Polaroid land” y experimentó con diferentes técnicas: manipular las copias, incluirles color, pintura, y escribir textos en el margen. También utilizó el “sandwich” (ampliaciones de negativos dobles montados uno encima del otro) o la inclusión de negativos Super 8 produciendo un resultado final maravilloso. Por último, destacamos que la obra de Morrisroe, a diferencia de otros artistas, que hacen de la “inmediatez” de la fotografía, sea a través de polaroid o describiendo sexo, en muchos casos explicito y “vivencias con amigos” su “leiv motive”… se caracteriza por una mucha y notable intención artística, eso nos gusta y hace que su obra se vaya revalorando con el tiempo.
fuente: www.lamonomagazine.com
Self portrait Mark morrisroe
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